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'Weegee's New York', el retrato más real de una ciudad
Una mujer contempla fotografías de Arthur Fellin "Weegee", arquetipo del fotógrafo de prensa del siglo XX, que forman parte de una exposición de la Fundación Telefónica a través de una serie de imágenes de la vida cotidiana de Nueva York realizadas en los años 30 y 40 que le convirtieron en cronista nocturno de la ciudad. - EFE
EFE - Madrid - 04/03/2009 15:41
Como el protagonista de una película de cine negro, Arthur Fellig, conocido como Weegee, siempre estaba allí, a pie de la noticia, a cuya escena llegaba antes que nadie para dejar testimonio de lo que ocurría en una ciudad, en el Nueva York de los años 30 y 40.
Este relato ha sido reconstruido en la sala de exposiciones de la Fundación Telefónica con 270 imágenes pertenecientes a la colección privada de los suizos Michel y Michele Auer en la que es la primera exposición de esta magnitud dedicada en España al fotógrafo que enseñó cosas que otros no se atrevían a mostrar.
Con un apodo que unos decían se debía a ruidos fotográficos y otros lo relacionan con la "ouija", método que decían utilizaba para relacionarse con el más allá y ser el primero en llegar al pie de la noticia, la realidad es que fue el primero y el único fotógrafo en en Nueva York al que permitieron instalar una radio para recibir las transmisiones de la Policía y Bomberos.
Siempre era el primero en llegar con su Chevrolet, que disponía de todo lo necesario para vivir y para llevar a cabo su trabajo ya que, incluso, tenía un laboratorio en el maletero.
Todo ello contribuyó a que este fotógrafo, que nació en Centroeuropa en 1899 y emigró a Nueva York donde murió en 1968, construyera con sus imágenes todo el entramado social de esta ciudad desde diferentes miradas.
El recorrido de la exposición, abierta hasta el 17 de mayo, se ha organizado agrupando las imágenes en torno a estas miradas.
Especialmente interesantes son las reunidas bajo el título "Policía y Cía". Hombres en el suelo en una celda; travestis detenidos; un joven que acaba de estrangular a una niña tras las rejas; dos hombres que acaban de pelear se miran desafiantes mientras que otros dos, "con zapatos de charol brillantes", se tapan la cara con sus sombreros dentro del vehículo policial, la víctima de un asesinato yace en la calle y unos niños observan el levantamiento de un cadáver.
El dedicado a "Los Incendios" es otro de los apartados más famosos de su obra con imágenes impactantes de las víctimas que en ocasiones, y a pesar de la tragedia, no pierden la sonrisa. Conocidas son también sus fotografías de "Harlem" que reflejan la vida cotidiana de este barrio, desde los actos religiosos hasta los clubes nocturnos.
En "Los durmientes" refleja a esas personas que viven en la calle y que obsesionaron a Weegee: niños que buscan la sombra de los huecos de las escaleras huyendo del calor o que se dejan llevar por el sueño allá donde se encuentran, alcohólicos, drogadictos, mendigos.
"Sábado por la noche", "Weege's People", "Coney Island", "Espectáculos", "Striptease, "La Bowery" o "El cine de la calle", con escenas llamativas o pintorescas, van construyendo la tela de araña de una sociedad que le gustaba retratar, mientras que "En la Ópera" refleja a los ricos que acuden con sus mejores galas a presenciar el espectáculo, frente a los mendigos que duermen en la calle.
Sus desnudos y fotomontajes muestran una manera diferente de trabajar. En sus nuevas visiones que llama fotocaricaturas utiliza para lograr efectos especiales cristales, botellas, espejos, que distorsionan imágenes archivadas. Picasso, Dalí, Marylin Monroe o Andy Warhol son objeto de estas distorsiones.
Francisco Serrano director de la Fundación Telefónica, definió a Weegee como el ojo público, la encarnación del prototipo del fotógrafo de prensa que conocemos y de excepcional reportero gráfico que fotografió la crónica de sucesos en una época, la de la depresión, "pero lo hizo mostrando la dureza de la vida en la ciudad, buscando el impacto inmediato".
Las imágenes originales de la exposición forman parte de la colección que los Auer poseen de este autor, que se cifra en torno a las 400 imágenes, y que cambiaron por su casa, recordó Michel, mientras que Michele comentó que Weegee vivió en un mundo que no era "políticamente correcto" y mostró escenas verdaderas de la calle, "de donde sacaba cosas que estaban escondidas y las ofrecía a la vista".